Perder el miedo al agua jugando
Sin embargo, muchos padres no saben por dónde empezar. La entrenadora de natación facilita algunos consejos sencillos para conseguir que a los niños les guste el agua. «Lo mejor es acostumbrarlos al agua con juguetes que se pueden conseguir en muchas tiendas de deportes, grandes almacenes o Internet.» Por ejemplo, un juego de memoria impermeable que se pueda colocar en el fondo de una piscina poco profunda. Así los niños tendrán que sumergirse un poco para alcanzar las tarjetas con motivos divertidos. Otra opción es la pelota de agua salada, un juego que gusta mucho en los cursos de natación de Rebekka Ott: en este caso se deja escapar el aire de una pelota de agua y se llena con agua salada. «A los niños les encanta, porque la pelota se comporta de manera muy curiosa bajo el agua, y se puede driblar o pasar.»
Los juegos de cartas o las pizarras impermeables sobre las que se puede dibujar bajo el agua también son muy entretenidos. Los jugadores tienen que ir nadando hasta la pizarra, leer qué pone y regresar a nado.