Aprender a nadar fácilmente
con EasyStar
En su escuela de natación de Eschborn, Laura y Ralf Driemeyer enseñan a los niños a moverse con seguridad en el agua. Los sistemas de contracorriente compactos EasyStar de BINDER desempeñan una función muy importante, ya que generan una corriente similar a la de un río.

Nadar es la gran pasión de Laura Driemeyer. Ha participado en competiciones desde que era niña y ahora, de adulta, su hobby le ayuda a compensar el estrés del día a día. A principios del año 2000, una compañera del Hospital de Frankfurt-Höchst le preguntó a esta enfermera pediátrica si le apetecía enseñar a nadar a niños discapacitados. «La idea me entusiasmó de inmediato», recuerda Laura Driemeyer. Durante varios años, impartió cursos de natación que fueron todo un éxito en la piscina terapéutica del centro médico.
El sueño de una escuela de natación propia
Muy pronto, Laura Driemeyer se dio cuenta de que las clases de natación le satisfacían más que su trabajo como enfermera pediátrica. Por ello, en 2008 decidió abrir su propia escuela de natación por su cuenta. Al principio, seguía dando los cursos en la clínica, pero quería ampliar la oferta con cursos para adultos y buscó una piscina más grande. En Eschborn, cerca de Frankfurt, Laura Driemeyer acabó encontrando lo que buscaba y, en 2019, abrió su escuela de natación «La Rana» en una piscina privada alquilada.
El sistema de contracorriente de BINDER amplía la oferta
Con 9 metros de largo, la piscina seguía siendo demasiado corta para entrenar de manera eficiente con adultos. Por ello, los dueños la equiparon con un sistema de contracorriente, pero no funcionaba. Hacía falta sustituirlo y Ralf, el marido de Laura Driemeyer, tenía claro por cuál. Como técnico y constructor de piscinas, conocía muy bien los sistemas de nado con turbinas de BINDER y su potente y amplio caudal. Convenció a su mujer con relativa facilidad teniendo en cuenta que había tenido malas experiencias con los sistemas de contracorriente propulsados por bombas tradicionales: «La corriente era tan débil que, al momento, estaba pegada a la pared de la piscina».
Los Driemeyer se decantaron por el sistema de reequipamiento EasyStar, que puede colgarse fácilmente del bordillo de la piscina y atornillarse a él. La corriente fascinó a la pareja desde el principio: «Nunca me habría imaginado que existía un sistema de contracorriente tan potente», cuenta la monitora de natación.
Los niños se divierten mucho con la corriente
De la piscina de la escuela de natación, cuelga desde 2019 un EasyStar BGA 430 de BINDER, que genera un caudal de 430 m3 por hora. Laura Driemeyer usa el sistema de nado con turbinas principalmente en sus cursos de verano para niños de nivel plata. Los niños son su público principal actualmente, dado que durante la pandemia se cerraron las piscinas y no se organizaban cursos. La demanda acumulada es enorme.
«Enciendo el EasyStar de vez en cuando para relajar el entrenamiento», señala Laura. El arranque del sistema de contracorriente es el momento estelar de cada sesión de entrenamiento: «A los niños les encanta jugar y chapotear con la corriente. Me preguntan siempre si repetiremos la semana siguiente». Algunos niños se tumban sobre una tabla de natación y dejan que la corriente los lleve en dirección a la pared de la piscina. Otros atraviesan la corriente buceando o se dejan llevar por ella encima de una colchoneta inflable. «Es superchulo», opina Mathilda, de nueve años, y Linn, de la misma edad, está de acuerdo: «Es divertidísimo».
Sin embargo, Laura y Ralf Driemeyer también utilizan el EasyStar por otro motivo: «Con este sistema, les enseñamos la fuerza que puede tener la corriente de un río y que no hay que subestimarla nunca». El efecto sorpresa que produce siempre es grande: «Muchos se sorprenden de la potencia de la corriente», indica la monitora de natación.
El EasyStar también es popular entre los adultos
Para Laura y Ralf Driemeyer personalmente, la compra del sistema de nado con turbinas también ha merecido la pena, ya que entrenan normalmente con el EasyStar. «Después de las clases, suelo encender el sistema y nadar a crol y espalda o trabajar mi movimiento de piernas», nos cuenta Laura Driemeyer. A Ralf, su marido, también le encanta la tecnología de turbinas: «Es una experiencia de nado increíble. Suelo utilizar el sistema y me gusta venderlo igualmente. Todos los clientes que lo han probado han quedado encantados».

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